Accidente de su abuelo lo impulsa a convertirse en Paramédico
ALLENDE.- El agradecimiento y admiración a los Socorristas que salvaron la vida de su abuelo durante un accidente, motivó a Josué Adalberto Olveda, a convertirse en un paramédico entregado en cuerpo y alma a su noble labor.
En el Día Internacional del Paramédico, Josué recordó que hace cinco años un accidente dejó a su abuelo en estado grave, y al ver como los paramédicos lo auxiliaron y le salvaron la vida, no dudo un instante es saber cual sería su profesión, y de inmediato inicio sus estudios como paramédico, perteneciendo ahora al equipo de socorristas de la Cruz Roja Mexicana, Delegación Allende.
“Yo llegué aquí hace cinco años, primero empecé como Voluntario, algunas personas piensan que es fácil estar aquí, pero yo lo hago porque me gusta ayudar a las personas. A mí lo que me motivó fue que mi abuelo tuvo un accidente y la Cruz Roja fue quien lo trasladó y mi abuelo iba grave la verdad, desde entonces yo me metí a estudiar la carrera de paramédico, me gradué, me recibí y ahora estoy trabajando en la Cruz Roja Allende”. dijo.
Explicó que la labor de un paramédico no es una tarea fácil, ya que constantemente se tiene que actualizar para obtener los conocimientos necesarios y aplicarlos en cada situación que le toca atender.
“Cada accidente es diferente, nunca sabes con que te vas a topar, siempre te tienes que estar actualizando, pero es algo bonito, porque puedes ayudar y el que te lo agradezcan o que a veces alguien a quien pudiste ayudar te reconozca en la calle y te salude es algo que te llena de emoción” comentó.
Platicó que como Paramédico, en cada servicio, suben a la ambulancia y durante el trayecto se mentalizan y preparan para lo fuerte que puede llegar a ser un accidente y de esta forma el impacto no neutralice su desempeño.
“Cuando nos dicen hay un accidente muchas veces vamos pensando en lo peor, para que al llegar al accidente no te impacte, nos dicen hay un accidente, una volcadura y ya te vas imaginando, y mentalizándote que puede haber lesionados, prensados y al llegar y ver que no es algo grave, o que es algo material es donde sientes hasta un alivio, pero nosotros estamos preparados para enfrentar cada caso que se registre.
“A mi familia le gusta mucho que sea paramédico, pero sí tienen miedo también, como con esto de la pandemia muchas veces me han dicho, deja ese trabajo, no vale la pena arriesgar la vida, pero uno se pone a pensar y para eso estamos, a pesar de todo aquí estamos todos, hay algún servicio y ninguno dice que No” explicó.
Recordó que lo más difícil que le ha tocado vivir como paramédico, fue llegar a dar el auxilio en un accidente y descubrir que la mujer del accidente era su esposa, sin embargo, su preparación y compromiso, le permitió conservar la calma y serenidad para dar el auxilio de manera correcta.