¡Misión cumplida!
ALLENDE.- Un hombre visionario, cuyo legado refuerza la identidad del allendense, y obras que a la fechan perduran como el rediseño de la plaza principal y acueducto que abastece de agua al municipio desde el río Ramos, es parte del haber de Juventino Fernández González.
Tino Fernández -como muchos le llamaban por aprecio y respeto- inició su carrera en el servicio público y la política en la delegación de la tesorería de finanzas, poco después se convirtió en la gestión 89-91 como el alcalde más joven de Allende con 29 años, después de ocupar la Presidencia del Comité Municipal del PRI.
En su gestión popularizó unas calcamonías con la leyenda Arriba Allende, donde a partir de la A se daba inició a la Carretera Nacional, construyó el Centro de Salud de Hacienda San Antonio, estableció la primera etapa del acueducto que abastece de agua al pueblo, de la noche a la mañana rediseñó la plaza principal, obra que a pesar de algunos cuestionamientos es fecha que le da la razón.
En su gestión se preocupó siempre por mantener la limpieza del pueblo, y durante la noche personalmente hacía recorridos para constatar la seguridad.
Fernández González fue Diputado local, posteriormente Director de Gobierno en 1993, en esa dependencia dio cobijo a jóvenes como Alejandro y Gilberto Alvarado, Hugo Salazar, Ramón Flores, Ricardo y Gerardo Martínez.
También se desempeñó como presidente del Tribunal Tutelar para Menores y fue Delegado de la Reforma Agraria en Tamaulipas.
Fiel a su estilo de choque, pero siempre con una diplomática mano izquierda, Juventino participó en el 2006 por la Coalición por el Bien de Todos como candidato a la alcaldía, donde también jugaron Guillermo Aquiles Cardoso Rodríguez, por el PAN, y Luis Marroquín Salazar, por el PRI. Juventino Fernández quedó en un segundo lugar.
En su haber en la elección del 2018 y 2021 fue coordinador de campaña de Patricia Salazar Marroquín, para hacer posible el regreso del PRI a la alcaldía de Allende y lo que parece ser su segunda consolidación.
Además de su gusto por la política, desde muy chico, Juventino destacó por su habilidad para el comercio, le gustaba leer y analizar los escenarios con anticipación para saber que piezas mover en el tablero político y de negociación.
En la vida de Juventino Fernández también había un espacio muy especial para la música pues le gustaba y tocaba muy bien el acordeón y el piano.
Juventino Fernández González era un apasionado de la política, en cada labor y reto que emprendía veía la oportunidad de hacer las cosas bien y ayudar a la gente para al final decir con satisfacción: Misión cumplida.
